Ventanas: elementos clave en la eficiencia energética de los edificios
Las ventanas se han convertido en algo más que aperturas al exterior. No son solo una entrada de luz o un espacio de ventilación. También representan un factor clave en la eficiencia energética de los edificios y una pieza básica para el correcto aislamiento térmico y acústico de los inmuebles. Por ello, elegir una buena ventana no es una decisión que haya que tomarse a la ligera.
Y es que una ventana de calidad es el inicio del círculo que va desde la eficiencia energética, pasando por el aislamiento térmico hasta el ahorro en el coste de la factura de la luz. De hecho, un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) señala que unas buenas ventanas pueden significar pagar un 20% menos en luz y gas.
Pero, ¿qué consideramos como una buena ventana, una ventana de calidad? Básicamente debemos tener en cuenta dos cosas: las prestaciones técnicas y la correcta instalación, un buen sellado que evite resquicios por donde haya fugas de energía. Y en ambas cosas, en GARCIA FAURA te podemos asesorar y ofrecer garantías para que tu casa disponga de la máxima eficiencia energética.
Uno de los principales elementos en la calidad de las ventanas es el material con el que están fabricadas. El aluminio con rotura de puente térmico se erige en la mejor solución para conseguir un ahorro energético constante y mantenido en el tiempo a lo largo de toda la vida útil del edificio, ya que el aluminio es también un material resistente a las agresiones y que requiere poco mantenimiento.
Otros factores que inciden en la eficiencia energética de las ventanas
Dejando a parte el material, otros factores que influyen en la buena eficiencia energética de las ventanas son el tipo de vidrio (doble o triple), la transmitancia, es decir, el flujo de calor que deja pasar a través de los materiales, o la permeabilidad al aire (su estanqueidad). Por ejemplo, cuanto más aire frío exterior penetre en invierno en nuestra vivienda, más calefacción interior necesitará el inmueble para mantener el bienestar. O, cuanto más se escape el frío interior en verano hacia el exterior, mayor potencia de refrigeración necesitaremos para mantener el confort. Y todo esto se traduce en un aumento de la factura energética.
Sin tener en cuenta otros aspectos que pueden influir en la regulación térmica de los edificios, como su ubicación u orientación o la existencia de elementos de sombra, la eficiencia energética de las ventanas puede venir indicada por una etiqueta específica donde se concreta la categoría con una letra, según sea verano o invierno. En el caso de los meses de frío, la eficiencia de la ventana se muestra en letras: de la A (muy eficiente) hasta la G (menos eficiente). En el caso de los meses de más calor, la eficiencia se muestra con estrellas: tres para acristalamiento con control solar, dos para acristalamiento con baja emisividad y una para el doble acristalamiento.
Así pues, queda claro que elegir una buena ventana para nuestra vivienda no es un tema baladí. En GARCIA FAURA te podemos asesorar sobre el mejor tipo de ventana que se debe instalar en tu casa para ganar en confort, en sostenibilidad y en ahorro económico.